Durante un seminario de una semana en la escuela de Arquitectura Escola da Cidade de São Paulo, mis colegas Gabriela Carrillo, Aisha Ballesteros, Loreta Castro y yo les pedimos a los estudiantes que consideraran la arquitectura como una herramienta de cambio y una lente a través de la cual deberían mirar críticamente el mundo.

La conversación se centró en la importancia de los lugares culturales y comunitarios accesibles. Ciudad de México y São Paulo, ambas ciudades que llamo mi hogar, contienen en su mayoría edificios privados segregados que son, en gran medida, incapaces de albergar, facilitar y fomentar relaciones humanas seguras y cordiales. Durante el seminario examinamos proyectos que se centran en la reparación, modernización y reutilización, y que ofrecen un enfoque alternativo.

Primero, les planteamos a los estudiantes algunas preguntas paradójicas:

• ¿Cómo densificar espacios sin sobreprogramar?

• ¿Podemos utilizar la tecnología para fomentar encuentros humanos desconectados?

• ¿Las estructuras ligeras pueden tener un impacto fuerte en los espacios?

• ¿La infraestructura temporal puede tener un resultado permanente en nuestras ciudades?

• ¿Podemos construir lugares nuevos sin construir más edificios?

Al reflexionar sobre el seminario, pienso en la forma en que el trabajo de mis co-instructores, además de mi propia experiencia, encarnan lo que compartimos con los estudiantes.

Proyectos que reparan y transforman

"En este entorno construido fracturado, todo nuestro trabajo es retroactivo", dice Loreta Castro. Sus proyectos de reparación en Taller Capital demuestran cómo el diseño puede ser generoso y, cuando se aplica rigurosamente, transformador. Es algo que se aplica en todas las escalas, desde parques públicos de gran tamaño, como el Parque Bicentenario en Ecatepec, Ciudad de México, hasta interiores de edificios, como la reconstrucción del Edificio Municipal de Iguala, que ofrece acceso público directo a sus jardines y auditorio.

Las estructuras ligeras o los gestos sutiles definitivamente pueden tener un fuerte impacto en nuestros espacios colectivos. Con sutiles quiero decir estratégicos, inteligentes y eficaces. En este sentido, nuestro seminario giró en torno al libro de Lina Bo Bardi: SESC Pompeia. Ella imaginó la transformación de una antigua fábrica de barriles de petróleo en un centro comunitario. Con una construcción sin demolición, con paredes simples y un diseño de muebles innovador, SESC Pompéia ha prosperado como centro comunitario durante décadas.

La reciente transformación que realizó Aisha Ballesteros de una fábrica de hielo en un taller-oficina para su taller JSa Arquitectos se inspira en el revolucionario proyecto Lina SESC. Ante la necesidad de un espacio más amplio, JSa Arquitectos se instaló en la zona industrial de Atlampa. Aunque se encuentra a solo unos kilómetros del centro histórico de la Ciudad de México, se trata de una comunidad que históricamente cuenta con pocos recursos. El proyecto Fábrica de Hielo no sólo le brinda al taller un nuevo lugar de trabajo, sino que también se posiciona como un lugar de encuentro, un espacio de aprendizaje y un centro social abierto a la comunidad local. Todo esto se logró sin aumentar el impacto de carbono.

Una segunda vida para los edificios

Las estructuras de gran tamaño obsoletas o infrautilizadas albergan algunas de las posibilidades creativas más interesantes para los diseñadores. Mi estudio, RADDAR (que es la sigla de en Inglés de Investigación como Diseño y Diseño como Investigación como Diseño, "Research as Design and Design as Research as Design", y el principio fundamental de nuestra profesión) tuvo la oportunidad de trabajar con estos edificios cerca del centro de São Paulo, entre ellos, espacios comerciales de pequeña escala.

Parte de la planta baja de COPAN, la estructura urbana emblemática de Oscar Niemeyer, estuvo abandonada durante más de 20 años después de servir como agencia bancaria en la década de 1970. Nuestro trabajo consistió en renovar la zona más al norte de la planta, incluida una fachada de 30 metros, y reinventar el interior en forma de un restaurante contemporáneo. Organizamos el restaurante en torno al magnífico diseño de columnas de la estructura y creamos muebles diseñados específicamente para él. Desde su renovación, el barrio se convirtió en un lugar fundamental de la escena cultural urbana cotidiana de São Paulo.

El proyecto de la Casa Itu, un edificio de almacenamiento abandonado que se transformó en un vibrante espacio de uso mixto, es también el resultado de la creencia de que las estrategias sutiles tienen como resultado cambios profundos. El edificio, que permaneció abandonado durante más de una década y estuvo a las puertas de la demolición, es ahora una estructura híbrida que cuestiona las normas sobre lo que debe ser una casa en São Paulo. El proyecto desdibuja los conceptos de espacio público y privado de una forma contemporánea y crea nuevas interpretaciones para ellos, en torno a la comunidad y la familia.

La restauración de una preciada joya de la comunidad

En un espíritu similar, nuestro Proyecto Pacaembu cuestiona la tipología del estadio en nuestra ciudad contemporánea. El Complejo Deportivo Pacaembu se construyó originalmente en São Paulo a finales de la década de 1930 como el primer estadio de fútbol a gran escala en Brasil, además de un espacio para actividades cívicas y culturales. A medida que el fútbol se convirtió en un evento mediático masivo, el tamaño de los estadios tuvo que seguir el ritmo. Como resultado, Pacaembu quedó relegado a la categoría de estadio secundario y sus instalaciones culturales y cívicas se demolieron o se transformaron en áreas poco utilizadas.

La enorme infraestructura urbana se encontraba en medio de la ciudad, sin poder alcanzar su potencial, marcada por las demoliciones, la falta de mantenimiento y un grave deterioro. Pero el sentimiento de los fanáticos y los buenos recuerdos colectivos de la comunidad le dieron a Pacaembu una pequeña luz de esperanza.

Trabajamos en la renovación durante los últimos cinco años y ahora se encuentra en una fase de construcción avanzada. En el marco de este proyecto, que se estructura como una colaboración público-privada, reimaginamos el estadio como un lugar de encuentro cotidiano. Como resultado, se presentan espacios para que la comunidad se reúna, con una piscina pública de tamaño olímpico, canchas de tenis, gimnasios de básquetbol y voleibol, una pista de atletismo, un sendero para trotar, zonas de entretenimiento, restaurantes y lugares tanto para esparcimiento, como para trabajar. El edificio será un escenario para eventos durante todo el año, desde grandes conciertos hasta pequeños recitales.

Esta intervención a gran escala dará lugar a una tipología única: un centro urbano multiuso, con un campo de fútbol profesional como núcleo central.

Una mirada hacia el futuro con un nuevo enfoque

El diseño no existe de forma aislada y la colaboración es la clave para impulsar las ideas. Como diseñadores, arquitectos y profesionales del entorno construido, es nuestro deber buscar lugares y oportunidades que permitan que las comunidades prosperen, y conservar esta noción como la base de nuestras decisiones. Podemos utilizar la reparación, el reacondicionamiento y la reutilización para cambiar la forma en que abordamos la arquitectura y así generar un efecto dominó con la capacidad de cambiar las vidas de las personas que interactúan con nuestros proyectos.

Créditos adicionales de la imagen

Primera imagen:
Vista aérea del Parque Bicentenario en Ecatepec. Cortesía de Taller Capital. Fotógrafo: Rafael Gamo.

Segunda imagen:
Interior de la oficina de JSa (antigua fábrica de hielo). Cortesía de JSa. Fotógrafo: Rafael Gamo.